Las Islas Canarias poseen unos rasgos climáticos muy específicos, se trata de una zona donde interactúan dos conjuntos de factores a distinta escala, por un lado, la dinámica atmosférica propia de las latitudes subtropicales, y por otro lado, el hecho de tener la mayoría de las islas un relieve abrupto, bañadas por una corriente oceánica fría y próximas a un continente. Las islas se sitúan entre los 28º y 29º N del Ecuador, próximas al trópico de Cáncer, deberían de ser más calurosas, pero nuestros famosos y queridos amigos los vientos alisios influyen bastante sobre ellas.
¡Dichosos Vientos Alisios! Parten desde el paralelo 30º aprox. hacia el Ecuador, atravesando las Islas aportan gran humedad y una uniformidad de temperatura. Las islas están afectadas por los vientos alisios durante todo el año, son vientos constantes que soplan desde zonas polares de ambos hemisferios a zonas ecuatoriales. Tienen su origen en el anticiclón de las Azores, en torno al paralelo 30º, presentan dos componentes: vientos alisios inferiores, frescos y húmedos, procedentes del norte y noreste, que actúan entre el nivel del mar y los 1500 m de altitud, y los vientos alisios superiores, cálidos y secos, que soplan por encima de los 1500 m, y que son fruto de la circulación general del oeste en altura. Las siete islas canarias actúan como un obstáculo para los vientos alisios por lo tanto sufren modificaciones regionales cuando entran en contacto con ellas, soportando cambios locales debido a la configuración de cada una de las islas.
¡Nubes! Dependiendo del desplazamiento que sufre el anticiclón de las Azores, los alisios varían en intensidad a lo largo del año. En invierno, el anticiclón se desplaza hasta situarse cerca de Canarias, en Madeira, siendo menos importante la acción de los alisios al venir cargados de menos humedad al recorrer menos espacio en contacto con el mar. En verano, el anticiclón se sitúa más lejos de Canarias, en Las Azores, por lo que la acción de los alisios es más intensa, dando lugar a nubes cargadas de humedad que llegan al Archipiélago. Los vientos alisios inferiores, fríos y secos en su origen, se van cargando de humedad en su desplazamiento hacia el sur, al discurrir sobre la superficie del océano, al tiempo que aumenta su temperatura. Al chocar con las fachadas orientadas al norte, los alisios inferiores inician un ascenso por las laderas. Al subir se condesan y aumenta su humedad. La circulación de los vientos alisios superiores, secos y más ligeros, impiden ese ascenso a partir de los 1500-1600 m provocando una condensación aun mayor y formando el conocido ‘mar de nubes’ tan típico de las vertientes norte. Las diferencias de temperatura y humedad entre alisios superiores e inferiores provocan la llamada inversión térmica. Esto significa que no siempre a mayor altitud va haber más frío o más humedad. Hacia los 2000 m, por encima de la zona de inversión, donde actúan los vientos alisios superiores, se registran temperaturas más altas y aire más seco. Mientras, por debajo de la zona de inversión, hacia los 800 m, las temperaturas son más bajas y el aire más húmedo.
¡Fenómeno upwelling! Es necesario considerar la rama meridional de la corriente oceánica de El Golfo que desciende en latitud paralela a las costas de Portugal y Marruecos. Se caracterizan por ser mas frías a las que les corresponde por su latitud, porque los vientos alisios retiran hacia el oeste el agua más superficial, y con ello facilita el ascenso de aguas más profundas y más frías. Una de las peculiaridades de esta corriente fría de Canarias es que enfría el aire que está en contacto con ella e impide que este aire húmedo suba y forme nubes que den lugar a la lluvia.
¡Dichosa calima! Otro factor a tener en cuenta es la llegada esporádica de masas de aire cálidas y secas procedentes del desierto sahariano. Los vientos locales que soplan del continente africano tienen dirección sursureste, arrastran polvo desértico disminuyendo la visibilidad y provocando una quietud del mar, apareciendo el color rojizo del cielo y un aire muy calido. Es el único responsable de los días más calurosos en Canarias.
¡3718 metros de altura en el Teide! La orografia de las Islas Canarias es muy compleja, exceptuando Lanzarote y Fuerteventura. La altitud y la orientación del relieve son los responsables de las diferencias en la distribución espacial de los elementos climáticos, principalmente de la precipitación, la temperatura y la nubosidad. Cada isla, y cada área dentro de la propia isla, van a estar condicionada por todos estos factores. El relieve actúa como obstáculo y barrera a la dirección de los vientos, proporcionando un desigual reparto de temperaturas y de humedad. Es aquí donde se establece la diferencia entre las islas altas y las islas bajas, pues las primeras se benefician de la humedad de los alisios. También existen diferencias entre el norte y el sur, y también dentro de la propia vertiente norte, donde se establecen distintas zonas según la altitud, pues al existir un desnivel tan acentuado, se marcan en poca distancia diferentes zonas climáticas.